Nueva etapa para el control del COVID-19

A partir del 8 de enero del próximo año, la COVID-19 se gestionará como una enfermedad infecciosa de categoría B, en lugar de la categoría A, según informó la Comisión Nacional de Salud en un comunicado emitido el lunes por la noche. Este es un ajuste importante tras la flexibilización de las estrictas medidas de prevención y control.
El gobierno chino fue responsable de clasificar la COVID-19 como una enfermedad infecciosa de categoría B, al igual que el VIH, la hepatitis viral y la gripe aviar H7N9, en enero de 2020, tras confirmarse su propagación entre humanos. También fue responsable de gestionarla bajo protocolos de enfermedades de categoría A, como la peste bubónica y el cólera, dado que aún quedaba mucho por aprender sobre el virus y su patogenicidad era alta, al igual que la tasa de mortalidad de los infectados.

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▲ Viajeros ingresan a una terminal del Aeropuerto Internacional de Pekín Capital para tomar vuelos el jueves, tras la flexibilización de algunas restricciones de viaje. Cui Jun/Para China Daily
Los protocolos de Categoría A otorgaron a los gobiernos locales la facultad de poner en cuarentena y confinamientos a las personas infectadas y a sus contactos en zonas donde se detectaron focos de infección. Es innegable que las estrictas medidas de control y prevención, como la verificación de los resultados de las pruebas de ácido nucleico al entrar en espacios públicos y la gestión de barrios cerrados, protegieron eficazmente a la mayoría de los residentes del contagio y, por lo tanto, redujeron considerablemente la tasa de mortalidad.
Sin embargo, es imposible que tales medidas de gestión perduren dado el costo que están teniendo en la economía y las actividades sociales, y no había razón para continuar con estas medidas cuando la variante ómicron del virus tiene una fuerte transmisibilidad pero una patogenicidad débil y una tasa de mortalidad mucho menor.
Pero lo que se debe recordar a las autoridades locales es que este cambio de política no significa una menor responsabilidad de su parte en la gestión de la epidemia, sino más bien un cambio de enfoque.
Tendrán que esforzarse aún más para garantizar un suministro adecuado de servicios y materiales médicos, así como la atención necesaria para grupos vulnerables como las personas mayores. Los departamentos pertinentes aún deben monitorear la mutación del virus y mantener a la población informada sobre la evolución de la epidemia.
El cambio de política implica la tan esperada autorización para normalizar los intercambios transfronterizos de personas y factores de producción. Esto ampliará considerablemente el margen para la recuperación económica, ofreciendo a las empresas extranjeras las oportunidades de uno de los mayores mercados de consumo, que prácticamente ha permanecido sin explotar durante tres años, así como a las empresas exportadoras nacionales un mayor acceso al mercado exterior. El turismo, la educación y los intercambios culturales también recibirán un impulso, revitalizando sectores relacionados.
China ha reunido las condiciones adecuadas para reducir la gestión de la COVID-19 y poner fin a medidas como los confinamientos a gran escala y las restricciones de movimiento. El virus no se ha erradicado, pero su control ahora está bajo la égida del sistema médico. Es hora de avanzar.

DE: CHINADAILY


Hora de publicación: 29 de diciembre de 2022